No es exactamente viejo, pero es antiguo y guarda mucho cariño e inocencia. Es el primer peluche que me regalaron al nacer. Tengo fotos con él de bebé en las que se ve que duermo con él y es más grande que yo.
Ya no tiene el pelito tan suave, los años y los lavados han hecho que se vuelva un poco áspero, pero es muy blandito y achuchable.
No tiene nombre, nunca le puse nombre a mis peluches o muñecos. Tampoco tuve muchos, mi padre me lanzó hacia el mundo de los videojuegos y mi madre al mundo de la lectura, así que lo que no tuve en juguetes lo tuve en libros y consolas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
¡Muchas gracias por tu comentario! Estoy deseando saber lo que opinas. Recuerda siempre hablar desde el respeto.