Editorial: Suma de letras
Fecha publicación: 2018
Número de páginas: 186
Género: Terror
Autoconclusivo
Existen tres vías para llegar a Castle View desde la ciudad de Castle Rock: por la carretera 117, por Pleasant Road y por las Escaleras de los Suicidios. Cada día del verano de 1974, Gwendy Peterson, de doce años de edad, toma el camino de las escaleras, que ascienden en zigzag por la ladera rocosa. Pero un día, al llegar a lo alto, mientras recupera el aliento con la cara roja y las manos apoyadas sobre las rodillas, un desconocido la llama. Allí, en un banco a la sombra, se sienta un hombre con una chaqueta negra y un pequeño sombrero. Llegará un día en el que Gwendy sufra pesadillas con ese sombrero.
Hoy os traigo la reseña de uno de los regalos que me trajo Papá Noel. Cuando lo vi entre las novedades me llamó muchísimo la atención y, dado mi estridente fracaso con las lecturas de Stephen King hasta el momento, tenía muchísimas ganas de encontrar un título suyo que me gustase. Y finalmente se hizo el milagro.
Nos encontramos ante una novela corta escrita a cuatro manos por nuestro querido Stephen King y por Richard Chizmar, autor y guionista estadounidense que es más conocido por sus aportaciones al mundo del cine (tiene varios galardones por sus obras cinematográficas). No sé si la colaboración con Chizmar ha tenido algo que ver, pero esta es la primera obra de Stephen King que me gusta. Del autor he leído Cell, Carrie y Buick 8; y tengo en mis estanterías La cúpula y también It, pero dado a que las tres primeras no me gustaron nada de nada temía encontrarme con otro chasco. Con La caja de botones de Gwendy tuve un buen pálpito y voilá, temores superados.
La historia es realmente sencilla, es prácticamente un cuento, sólo que del género del terror: una niña acomplejada por su peso se encuentra con un desconocido que el regala una caja con botones y la previene de que ocurrirán cosas terribles si los pulsa. Con pocos elementos los autores han sido capaces de recrear un ambiente de misterio y expectación, la niña se obsesiona con la caja (como es natural) y la tentación de pulsar algún botón para ver qué efectos tiene la superará con creces.
A pesar de no saber quién es el misterioso señor del sombrero que le da la caja a Gwendy, enseguida percibimos que algo no marcha bien y, a medida que las páginas avanzan, esta sensación se acrecienta. Personalmente, creo que la caja de botones representan el bien y el mal dentro de uno mismo; la caja es capaz de ofrecer cosas buenas y malas, pero bien es cierto que incita muchísimo a que su dueño se vea tentado para hacer el mal.
Con una pluma ligera y un estilo pulcro, estos dos autores logran mimetizar sus ideas y conformar una novela deliciosa. Lograron crear un ambiente de intriga y tensión que me mantuvo enganchada de principio a fin, y disfruté enormemente de las escenas más espeluznantes. No soy capaz de ponerle un pero, lo único que me hubiera gustado es que la novela fuese más larga para poder disfrutarla más.
¿Qué me decís?
¿Os animáis a desentrañar los misterios de la caja de botones?