The Mysterious Affair at Styles
Traductora: Stella de Cal
Editorial: RBA
Año publicación: 2013 (1920)
Número de páginas: 208
Autoconclusivo
Encuadernación: Tapa dura
Género: Thriller
Una acaudalada viuda, Emily Inglethorp, ha contraído matrimonio con un hombre veinte años más joven. Sus familiares ven en él a un cazafortunas que trata de arrebatarles la herencia. Una noche la anciana muere tras terribles convulsiones y se demuestra que ha sido envenenada con estricnina.
Hoy me gustaría traeros este título de Agatha Christie. Es bastante complicado que me guste una novela policíaca contemporánea, soy muy tiquismiquis con los detalles y necesito que los protagonistas sean atractivos. Aunque el crimen a resolver sea interesante o curioso, éste no se resuelve solo y la figura del policía/detective me parece fundamental. Por esa razón, cuando el cuerpo me pide un thriller, me busco un libro de la Reina del Suspense. Porque sé que no me va a fallar. Sobretodo si el detective en cuestión es Hercule Poirot.
El narrador de esta historia es Hastings, conocido de Poirot que se encuentra de visita en la mansión Style debido a la amistad que comparte con John Cavendish, uno de los hijastros de la viuda asesinada. En los primeros capítulos nos sitúan en el contexto de esta familia y en el odio generalizado que todos comparten hacia el nuevo (y joven) marido de la anciana. Cuando el asesinato se produce todo está claro como el agua, todo apunta a que es el joven marido el vil asesino que, en su deseo de apropiarse de la herencia y los bienes de la anciana, la envenena con una elevada dosis de estricnina. Pero éste lo niega todo. Y el pintoresco Poirot aparece en escena para ponerlo todo patas arriba y, pista a pista, desmantelar al verdadero asesino.
La historia es una delicia. La pluma de Christie es ágil y concisa, conduce al lector exactamente hacia donde ella quiere que esté mediante el juego del despiste. En apenas 200 páginas que se pasan volando, la autora plantea un contexto, una familia (con su pasado y sus rencillas), un crimen, una serie de encuentros, conversaciones, confesiones, declaraciones y pistas que, lejos de ayudar al lector a descubrir quién es el autor del asesinato, lo aturde aún más. Y a nuestro lado, Poirot, el pintoresco personaje que, a base de estrategia y deducción, mantiene todos sus pensamientos a buen recaudo hasta destapar el pastel y sorprender con sus revelaciones.
Como ya he dicho en otras ocasiones, soy una enamorada de Poirot, de su carácter y su desparpajo a la hora de trabajar un caso. A menudo consigue hacer sentir estúpido al narrador y al propio lector, porque es capaz de ver cosas que nadie ve. Pero además demuestra ser un personaje sensible y empático con los que le rodean, y a veces eso le despista.
Si os gusta el suspense o incluso si no soléis leer mucho este género y sentís curiosidad, os recomiendo muchísimo esta obra, tanto esta como Asesinato en el Orient Express o Diez Negritos. Os gustarán mucho. Yo tengo claro que voy a leer todas las obras de esta autora, poco a poco. No por nada es la reina del suspense.