- ¡¡Agárrate a mi cintura!! - Lilly se levantó sobre la cúpula de cristal y le apremió.
- ¿Segura? ¿Podrás con mi peso?
- ¿Estás de broma? ¡¡RÁPIDO!!
Dhan rodeó con sus brazos la diminuta cintura de Lilly, con miedo de ser una carga demasiado excesiva para la pequeña. Entonces ella le guiñó un ojo y alzó el rosto hacia el cielo con determinación.
Sus alas eran tan grandes que podrían haber cubierto un trozo de cielo con un abrazo. Dhan pudo notar cómo los músculos de su espalda se tensaban con el batir, creando un movimiento fluido y ligero. La velocidad con la que ascendían le hizo desorientarse, pero en un instante pudo observar cómo sobrevolaban lo que ya eran las ruinas de la Ciudad de Cristal, Jornya.
Las lágrimas de los dos niños se desparramaron por el cielo y aterrizaron en los añicos de lo que, hasta entonces, había sido su hogar.
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